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PsicoSomática: Una visión humanizante del cuerpo en la historia


El cuerpo entendido como la fuente que nutre nuestro aprendizaje,

como el puente que vincula nuestra riqueza interior con la de la vida exterior,

el instrumento que nos permite participar activamente en la sinfonía de la vida;

es emoción y sentimiento, pero también razón y fuente de experiencia,

aprendizaje, conocimiento, percepción, intuición y comunicación.  

 


La corporalidad en la fenomenología desarrollada por autores como Husserl, Marleau-Pounty o Sartre encuentran una relación entre el esquema corporal y la posición del cuerpo en el espacio objetivo desde esta perspectiva, se propone una visión humanizante del cuerpo; no es concebido este como un ente mecánico, sino como un cuerpo vivido


Desde esta visión, “los griegos decían psyché (de aquí viene Psicología) y sôma (de aquí viene Somatología).


El hombre es alguien psicosomático: es cuerpo (sôma) y alma (psyché), el cuerpo no es un objeto físico de estudio; pero sí de emoción estética, de esplendor y belleza. La desnudez como señal de dignidad y no de vergüenza.

 

En la edad media el cristianismo influyó en la percepción del cuerpo, especialmente en Europa donde el cuerpo era visto como una fuente de pecado y lujuria. 


Por el contrario, en el renacimiento se produce un cambio en la visión antropológica del cuerpo, nace un interés por el cuerpo desde otra perspectiva; la anatómica y objetiva que marcará un nuevo acercamiento al cuerpo.


La filosofía mecanicista sigue esta misma línea de pensamiento alejándose del paradigma religioso y dando importancia al pensamiento científico.

 

En la modernidad, se instaura una idea del cuerpo que serán los inicios del modelo biomédico contemporáneo, añadiendo nuevas concepciones científicas. Las ideas de Sigmund Freud podrían ser consideradas el tránsito de una concepción de cuerpo a otra. El primer yo es un yo corporal”, Edmund Husserl continúa con esta nueva concepción de -cuerpo vivido-, donde el cuerpo pasa a ser el campo perceptivo de las sensaciones a través de las cuales experimentamos el mundo.


El paradigma del cuerpo vivido permite ver el cuerpo en una relación (yo-cuerpo-mente) dejando de lado el dualismo, es una concepción totalizadora que contrarresta el modelo biomédico y la relación paciente-médico.

El cuerpo no se reduce solo a lo fisiológico, el cuerpo vivido se refiere al cuerpo tal como éste es experimentado por el propio sujeto, como centro de orientación alrededor del cual se organizan las dimensiones espaciales del mundo circundante; como capacidad de movimiento, acción y relación con otros seres; como órgano mediador o instrumento del conocimiento sensitivo y como campo de localización de las sensaciones.


 Desde una perspectiva holística, el cuerpo conecta todas las experiencias, emociones y pensamientos del sujeto, formando una relación que permite la expresión del Alma a través de la toma de conciencia.


“La psique siempre se ha expresado y siempre lo hará a través del cuerpo. El organismo es uno e integra ambos aspectos, físico y psíquico, materia y espíritu”. 

En el trabajo psicoterapéutico desde lo Somático se trabaja esta relación psique - cuerpo  a partir de los modelos corporales que permiten al psicoterapeuta desarrollar técnicas que lleven al consultante a un darse cuenta, pasando todo por el cuerpo siendo éste, la herramienta principal.


En un rastreo se encuentra que hay diferentes teorías y técnicas para trabajar desde y con el cuerpo. Teorías que viene desde la cultura oriental y se han adaptado a la cultura occidental siendo utilizadas en espacios terapéuticos; potencializando los recursos creativos internos del consultante para la integración de los procesos psíquicos.


Algunos de los modelos y técnicas más sobresalientes son los modelos que combinan la medicina occidental con la medicina tradicional china 
(gi-gong, terapia craneosacral, acupuntura) y filosofías orientales (budismo, taoísmo y confucionismo), modelos que combinan danza/movimiento (que implican la exploración emocional), con yoga y la meditación.

 

El movimiento genera desplazamiento, energía, esfuerzo, éste se vive a través de procesos inconscientes y conscientes en el diario vivir, en las situaciones a enfrentar y en el espacio terapéutico. Es importante decir que el silencio y la quietud también forman parte de la comunicación del cuerpo.


El movimiento y el cuerpo se vuelven uno solo y junto con la respiración son el medio para que los consultantes en su proceso psicoterapéutico, se abran a vivir la complejidad de sus emociones y nuevas experiencias.

El cuerpo y su expresión se pueden concebir desde un sentido amplio; desde la conducta observable, lo sensitivo y kinestésico, el aroma que emana, la palabra que se pone en terapia y desde una mirada bioenergética manifestándose todos los procesos inconscientes para la transformación de quien vive la experiencia.


Diferentes autores rescatan desde su teoría la importancia del cuerpo en las intervenciones psicológicas, en su gran mayoría psicólogos y psicoterapeutas que se paran desde una postura fenomenológica existencial:


Psicoterapeutas como Carolyn J. Braddock reconocida  por sus trabajos con la respiración y el movimiento corporal, en su libro; Las voces del cuerpo Respiración, sonido y movimiento en el proceso terapéutico publicado en 1999 en la ciudad de Biblbao, España. También desde el arte podemos referenciar a Lygia Clark que empieza desde el arte a trabajar la expresión con el cuerpo experimentando con sus propias vivencias hasta llevarlo en el año 1975 al campo terapéutico.


CONCLUSIONES 


El trabajo terapéutico con el cuerpo es un proceso de orientación integradora (cuerpo, mente, emoción y alma) que es necesario que esté encaminado por un buen guía para que haya realmente un proceso y permitir una comprensión distinta del propio cuerpo; de sus síntomas, y expresiones.


Recuperando la sabiduría que le es propia, permitiéndole al cuerpo actuar con libertad, enseñándole a quien consulta a confiar en sus instintos y a disciplinarlos para que se conviertan en una base sólida de la psique y permitir al paciente un darse cuenta de lo intrapsíquico manifestado mediante el cuerpo y las sensaciones como medio de comunicación alternativa e terapia, así, fomentar una coherencia entre cuerpo, mente y emociones

 

Comprender las sensaciones y procesos psicosomáticos del cuerpo,  nos da  un clima de libertad y las posibilidades de centrarnos en recuperar el el placer y la gratitud por nuestro cuerpo que es el territorio de nuestra mente. Constituyendo  en el  individuo  un reto que promueva la superación  de estos estereotipos y la formación integral de Ser Persona.


Fragmentos: Tesis de grado.

(Procesos creativos y cuerpo en intervenciones Clínicas en Psicología)


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