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Confia en tu Poder para Sanar

Dentro de ti habita una fuerza silenciosa, tan antigua como tu propia vida. No siempre la escuchas, a veces se esconde bajo el ruido de las dudas, del miedo, del cansancio. Pero está ahí, latiendo, esperando a que le abras un espacio: tu poder de sanar.


Sanar no siempre significa borrar la herida ni olvidar el dolor.

Sanar es permitir que la herida se transforme en raíz, que el dolor se convierta en maestro.

Es comprender que en cada caída también se abre un terreno fértil para crecer de otro modo.


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Confía en tu cuerpo: sabe cómo repararse, cómo encontrar caminos invisibles para volver a la vida.

Confía en tu corazón: incluso después de las pérdidas, sigue aprendiendo a amar.

Confía en tu mente: puede aprender a soltar pensamientos que ya no te sostienen.


Sanar es un viaje lento, íntimo y profundamente humano. A veces duele, a veces parece que retrocedes, pero cada respiro consciente, cada pausa, cada gesto de ternura hacia ti mismo es un paso hacia adelante.


Tu poder para sanar no se encuentra afuera, no depende de algo ajeno. Vive en ti, en la capacidad de escucharte, de darte tiempo, de sostenerte con paciencia.


Así que recuerda:

No necesitas tenerlo todo resuelto hoy.

Solo necesitas confiar en que dentro de ti hay una semilla de sanación, y que con tu cuidado sabrá florecer.


Confía en tu poder para sanar.

Ya está contigo.

Siempre lo estuvo.

 
 
 
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